lunes, 4 de febrero de 2008

El origen de "Las Dos Fridas"

Las Dos Fridas (1939)

La Subjetividad es la que nos permite ser personas autónomas, con deseos y voluntad propias. Es la causante de nuestra complejidad y el resultado de que vivamos en conflicto. Siempre que se oponen dos ideas, dos sentimientos, dos creencias, etc., surge el conflicto, cuando esto ocurre entre dos personas, y ninguno de los dos está en posición de negociar para llegar a un acuerdo, siempre está la opción más viable que es la retirada y san se acabó el problema. Lo interesante es cuando esta dicotomía se presenta dentro de uno mismo, uno no puede mandarse a si mismo a la...(escojan su palabra favorita)...aunque lo lleguemos a desear con todo nuestro ser. Comienza una batalla interna, por la incapacidad de estar en medio, en equilibrio. Dicha incapacidad ha sido aprendida y la hemos arrastrado durante mucho tiempo, o es bueno o es malo, o es correcto o es incorrecto, o es negro o es blanco, o es feo o es bello, o es masculino o es femenino; y así nos la pasamos, tratando de estar en un extremo o en el otro, pero nunca nos damos la oportunidad de totalizar, de entender que ambas cosas son un todo y ese todo es uno mismo.

Creo que Frida Kahlo pudo entenderlo, logró juntar el yo y su otro yo; y sobre todo se permitió plasmarlo en un lienzo, dándole vida a su cuadro más conocido, y en mi humilde opinión el mejor: Las Dos Fridas. Por todo lo que esta pintura me despierta, he tenido mucho interés en saber cómo fue el proceso que la antecedió; al leer su diario me encontré con una agradable sorpresa: Frida, de su puño y letra relata el origen de Las Dos Fridas, en cuatro páginas comparte uno de los más íntimos y reveladores pasajes de su Diario, una entrañable evocación de su infancia, que al leerlo confirmo lo magnífica, enigmática, introspectiva y emotiva que era Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón.

Nota: Transcripción del escrito de Frida.

=Recuerdo=

Debo haber tenido seis años

cuando viví intensamente

la amistad imaginaria

con una niña.. de mi misma edad

más o menos.

En la vidriera del que

entónces era mi cuarto,

y que daba a la calle

de Allende, sobre uno de

los primeros cristales de la venta-

na. echaba "baho".

Y con un dedo dibujaba

una "puerta"........(está el dibujo de dicha puerta)

Por esa "puerta" salía en la

imaginación, con una gran

alegría y urgencia. atrave-

zaba todo el llano que se

miraba hasta llegar

a una lecheria que

se llamaba PINZÓN... Por

la O de PINZÓN entra-

ba y bajaba INTEMPESTIVAMENTE

al interior

de la tierra, donde

"mi amiga imaginaria" me

esperaba siempre. No re-

cuerdo su imagen ni su

color. Pero sí sé que era

alegre - se reía mucho.

Sin sonidos. Era ágil.

y bailaba como si no

tuviera peso ninguno. Yo

la seguía en todos sus

movimientos y le contaba,

mientras ella bailaba,

mis problemas secretos. ¿Cua-

les? No recuerdo. Pero ella

sabía por mi voz todas mis

cosas... Cuando ya regre-

saba a la ventana, entraba

por la misma puerta dibu-

jada en el cristal. ¿Cuando?

¿Por cuanto tiempo había estado

con "ella"? No sé. Pudo

ser un segundo o miles de

años... Yo era feliz. Desdi-

bujaba la "puerta" con la

mano y "desaparecía". Corría

con mi secreto y mi ale-

gria hasta el último rincón

del patio de mi casa, y

siempre en el mismo lu-

gar, debajo de un árbol

de cedrón, gritaba y

reía. Asombrada de estar

Sola con mi gran felicidad

y el recuerdo tan vivo de

la niña. Han pasado 34 años

desde que viví esa amistad

mágica y cada vez que la

recuerdo, se aviva y se acre-

centa más y más dentro

de mi mundo.

PINZÓN 1950. Frida Kahlo

PINZÓN

LAS

DOS

FRI-

DAS

Coyoacán

Allende 52

Texto en color gris: Nohema Rios

Relato en color rosa: Frida Kahlo

1 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Muy bien! Comparto lo que piensas :)