Sucedía el año Acatl, en las Veinte Montañas nació una niña a quien su madre natural la hizo llamar Lluvia. Su piel era del color de la tierra, sus cabellos lucían como el barro negro y sus ojos asemejaban a dos tristes perlas negras. Curiosa por naturaleza, sólo necesitaba dominar sus piernas para poder llegar a todo aquello que le llamaba la atención. Durante sus exploraciones descubrió muchas cosas sorprendentes, como esos bichos llamados luciérnagas que poseían luz propia; si mezclaba pintura azul con pintura verde emergía el color turquesa, el cual acogió como su tono favorito. Pero también se encontró con muchos infortunios, pues tuvo varios accidentes, como esa vez que al tratar de atrapar a un perro hermoso, blanco como la nieve, sin preverlo se estampó contra un Yutu con espinas largas y gruesas. ¡Era el dolor más grande que había experimentado en su corta vida!; más que las espinas encajadas en todo su cuerpo, lo que realmente no podía soportar era cuando su madre espiritual se las desenterraba; Lluvia pedía a gritos que las dejará en su lugar, que podía vivir con ellas, pero su madre, sabia por las vivencias y los años, le explicó que con el tiempo su piel resultaría dañada. Rendida por aquella razón, la niña sólo optó por cerrar sus ojos, la madre al ver la angustia de la chiquilla le dijo: "el dolor es menos doloroso si no se prolonga".
Es curioso el estado de la niñez, pues en un momento lloran desconsoladamente y para el siguiente momento están riendo a carcajadas, como si no existiera la memoria en ellos.
Los accidentes no detuvieron las exploraciones de Lluvia, un día al caminar por la orilla de un riachuelo escuchó risas y gritos de niños, aunque no podía verlos, rechazó la idea de que era obra de su imaginación, pues los sonidos se escuchaban tan presentes, tan reales; corrió hacia donde el riachuelo formaba una laguna y con agrado vio a dos niñas y un niño jugando en las aguas de "La Encantada". Se detuvo para contemplar aquella escena, y pensó que había descubierto muchas cosas, unas sorprendentes, otras dolorosas; pero hasta ese día no había descubierto amigos. Se acercó a ellos con cierta cautela, el niño al verla le arrojó una pregunta: "¿por qué se arrugan las manos cuando estás en el agua?"; ella, con sinceridad, respondió: "no lo sé"; él añadió: "está bien, después lo averiguaré... ¡ven a jugar!". Ese atardecer supo que el niño se llamaba Viento, el nombre de la niña más alta era Mar y la otra niña se hacía llamar Mariposa. De regreso a su casa, sólo pensaba en lo bien que se la había pasado, y que ya deseaba que transcurrieran las horas para estar de nuevo con sus amigos.
Durante aquellas tardes, los cuatro niños corrían, saltaban, bailaban, rodaban cuesta abajo, se contaban sus más grandes secretos y exploraban juntos todo lo que la Madre Tierra poseía.
Lluvia era inmensamente feliz, tanto que si pudiera congelar el tiempo lo haría; los días pasaron, hasta que se convirtieron en semanas, las cuales también pasaron, después los meses y años. La curiosidad de Lluvia no se saciaba; sin embargo en su hogar y en los alrededores ya no quedaba más por explorar. Una noche, recostada en el pasto, contemplaba las estrellas y de pronto una gran emoción la envolvió, ¡cuántas cosas existían en este mundo tan enorme que estaban a la espera de que ella las descubriera!, en ese momento decidió ir en busca de eso tan sorprendente y con la conciencia de que sin duda también se encontraría con algo doloroso.
A la mañana siguiente, antes de despedirse de sus tres amigos, decidió detenerse a la orilla del riachuelo para guardar cada imagen, sonido y olor en su mente. Al inclinarse para tomar un poco de agua, se dio cuenta que su reflejo no era el mismo, había crecido, las preguntas comenzaron a surgir: "¿pero cuándo?, ¿en qué momento?"; en eso sus tres amigos se acercaron y con asombro se percató de que ellos continuaban siendo niños...de nuevo cuestionó: "¿pero...cómo?, ¿por qué ustedes siguen siendo niños y yo no?"; los tres niños sonrieron con complicidad, Mariposa le explicó que eran espíritus...fuerzas de la Naturaleza; Mar interrumpió para contarle que ellos habían sido enviados por la Madre Tierra para acompañarla, protegerla y sobre todo para enseñarle muchas cosas tan esenciales para la vida como la amistad. Una lágrima rodó por la mejilla de Lluvia, con la cabeza baja expresó con la voz entrecortada: "Los voy a extrañar"; Viento la abrazó y al tratar de hablar su garganta se cerró. Mariposa se adelantó diciéndole: "Nosotros también, pero todos estos años valieron la pena, ahora es tiempo de partir, tus alas son lo suficientemente grandes y fuertes para llevarte a donde quieras". Los cuatro amigos se abrazaron y se prometieron nunca olvidarse, con la esperanza de algún día volverse a encontrar....
Texto: Nohema Rios
4 comentarios:
Muy bonita historia, realmente tienes muchísimo talento...síguele sacando provecho...y pues sí, hay mucho que conocer en el mundo y pues ya es tiempo...como siempre dices: "es la hora, es la hora" :)
Recuerdo una vez en la que estabamos en el gargantuas me dijiste que no tenias ningun don...equivocada estabas, solo no lo habias buscado...ya ves, hay mucho que conocer en el mundo y mucho mas que conocer dentro de nuestro propio mundo...aunque existan situaciones dolorosas, recuerda que siempre estaran mariposa, viento y mar...
Nohema, este es el cuento más hermoso que he leído en toda mi vida, eres una increíble poeta y me encanta la sensibilidad que reflejas en este texto. Mil gracias por compartirlo y sigue adelante, sigue sacando toda esa maravillosa inspiración literaria.
Siempre he admirado las grandes cualidades que tienes como ser humano y me doy cuenta a lo largo de estos años cómo has madurado y crecido en todos los aspectos. Me encanta que estés encontrando nuevas fomas de manifestarte y de compartir el gran tesoro que tienes dentro.
Sigue buscando tus sueños, sigue desarrollándote, sigue brillando.
Sabes que te quiero mucho y sin importar la distacia física que en algún tiempo pueda existir sé que siempre estaremos cerca.
Mucha suerte en todo lo que te propongas.. la vida es una aventura!
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